EL ASPECTO DEL IDIOMA.AUTOR:JOSÉ DIEZ – 12.03.2018
EL aspecto del idioma
EL ASPECTO DEL IDIOMA
AUTOR: JOSÉ DIEZ – 12.03.2018
EL IDIOMA TIENE
SUS CARACTERÍSTICAS interpretativas. Posee un patrón organizado desde fechas
pretéritas, por la que obtiene una raíz peculiar el lenguaje.
Por más moderno
que sea el conocimiento de la ciencia nunca se podrá establecer la aparición o
el inicio del idioma o idiomas. Cualquier aproximación es razonable.
El idioma desde
el período grecorromano empleó los elementos que la definen en: signos,
símbolos, gramática, fonética y estructura.
Con el proceso de
largos milenios se ha ido transformando la escritura hasta los tiempos
presentes. Los idiomas buscaron el prototipo de su categoría étnica: nórdica,
sajona o latina.
El sueco no
tendría gramática si no fuera por las aportaciones romanas, lo mismo que el
alemán o inglés. Teniendo consciencia histórica al idioma prestado, no se le
puede dar la importancia debida. Es un vehículo que cumple determinadas
funciones.
Solo un
continente original, el de los AYLLUS, desde Alaska hasta la Patagonia, mantienen
viva su memoria en la fuente universal de la imagen. Los hechos históricos y
culturales serían registrados en el lenguaje de los símbolos, en este caso: Los
quípus.
¿Quién dice que
en la comunicación oral no habían riquezas expresivas?
Para los conceptos
occidentales los que son exigentes como intrusos y bárbaros con el registro de
sus expresiones, desmerecen el lenguaje de culturas trascendentales. El hecho
de plasmar detalles, estados de ánimo, legitimar un acontecimiento, acudir a
una forma de pensar, es valerse de los símbolos de la escritura y registrarla
en papiros u otros materiales tipográficos.
Sin embargo en
los pueblos comunitarios tuvieron explicaciones más concretas sobre el
pensamiento, las ideas; pues, no se fiaban de la escritura, la que se usa de
manera arbitraria para fines e intereses individuales -como sucede en nuestro
idioma no natural- acarrea perversión e intencionalidad.
El idioma que
poseemos es el lenguaje de la rivalidad, la aspereza, el conflicto, la
competencia, la que busca en términos ambiguos la confrontación.
LOS AYLLUS ERAN
SOCIEDADES COLECTIVAS y tejidas en comunidad, en cualquier extremo del
continente.. La ex-traordinaria grandeza de su idioma se encuentra en su
excepcional orfebrería, cerámicas, tejidos, instrumentos musica-les,
construcciones matemáticas y ciclópeas, la ingeniería perfectamente
desbordante, en las culturas más destacadas.
Un mundo tan
diferente que el mundo de los conflictivos conquistadores, que durante la
colonia se sirvió de papeleos, sellos monárquicos para dividir y repartir la
tierra como propiedad.
La Cultura de la
propiedad es una actitud miserable de los idiomas atormentados.
Medio mundo lo
aceptan porque son mentes sometidas al sonambulismo y alienación hereditaria.
Lloriquean con la religión que es el sentido más impertérrito para cometer
desmanes en nombre de leyes abstractas que las definen como divinas para
masacrar y desaparecer pueblos enteros.
Las sorprendentes habilidades
culturales fueron objeto A LA DESTRUCCIÓN.
CUANDO A LOS
“GENIOS” no les alcanza el idioma de Castilla (una de cal y otra de arena) se
deciden por adoptar el inglés, el idioma comercial por excelencia.
Cuando la Cultura
es comercio inicia el forcejeo de la identidad, que quiere decir, si entendemos
los monumentales trabajos hechos en piedra en la Isla de Pascua, en zonas de
Cusco, Perú, San Agustín, Colombia. Las cabezas gigantes en
Méjico, nos explica el porqué de las razas invasoras de esculpir cuatro
gobernantes en las montañas de DAKOTA DEL SUR en descarada imitación de las
obras prehispánicas.
Dar
reconocimiento a su mentalidad impersonal, es el mensaje.
Occidente siempre
ha tomado por propiedad lo que no es suyo. Roba lo que le interesa y destruye o
esconde con intenciones putrefactas el legítimo valor de una cultura.
Lo que sería la
escritura de los Inkas, el quipus, obedecía a un ritual específico de los
conocimientos tan perfectamente organizados como las estructuras monumentales
de sus construcciones. La belleza insuperable de Machu Picchu.
La ignorancia
española restó méritos a la sabiduría de aquel pasado grandioso para
entregarnos un idioma que refleja la banalidad, envidia, desorden y traición.
El español con su
bagaje románico siempre tendrá argumentos para descalificar lo que atenta a su
“personalidad cultural” prestada del Oriente arábigo-judío.
Para ellos sería un blasfemo
criticándolos, por poner la historia en su lugar. Lo mismo sería para peruanos,
colom-bianos, argentinos o mejicanos, defensores de sus ancestros que fueron
tiranos o gamonales en decadencia.
¿Qué mentalidad basura pretende
hacer creer que las civilizaciones prehispánicas, los AYLLUS manifiestan su
exis-tencia después de la era cristiana. Tan falsa es la medición cronológica
que avergüenza y se arropa en el cinismo?
Le doy 2000 años para
que trabajen una cabeza de cuarzo encontradas en la frontera entre Méjico y
Guatemala, con esa perfección y pureza.
Escribieron un
historia apresurada. Quemaron escritos importantes de cronistas en la colonia
cuando desaprobaban los métodos hostiles de su “descubrimiento”.
El idioma
escrito, oral y criminal.